El obispo auxiliar participa en actos preparatorios del VIII centenario mercedario en Marchena





El próximo Miércoles 18 de enero a las 20:00 horas el Obispo auxiliar de Sevilla Santiago Gómez Sierra participará en una Eucaristía en el citado convento de San Andrés de Marchena para iniciar las celebraciones del año preparatorio del VIII centenario de la orden mercedaria que será dentro de un año y siete meses.

En 2017 la Orden de la Merced finaliza el trienio de preparación para el VIII centenario de la fundación de la Orden de la Merced dedicada a Cristo Redentor.


Por este motivo la Hermandad de Jesús Nazareno de El Viso, de origen mercedario ha cedido una imagen del Cristo de Ánimas conservada en la sacristía de la iglesia conventual del Corpus Christi y que ya preside el altar mayor del convento de Mercedarias de Marchena.


Historia del Convento de San Andrés


El convento de San Andrés de Marchena lo funda Gonzalo Jiménez en 1530 y lo patrocinan los Duques de Arcos en 1637 a cambio de que la orden de la Merced le cedió el cuerpo incorrupto de Sor María de la Antigua, para treaerlo desde Lora a Marchena y ser enterrada en el convento de clarisas de la Concepción o Santa María la Chica, ubicado junto al Palacio Ducal a petición de los duques.
La iglesia es barroca del siglo XVII se construye sobre una capilla mudéjar.

Las tres santas mercedarias de Marchena

Tres mujeres de Marchena, Juana de Cega, Damiana de las Llagas y Sor María de la Antigua vivieron con fama de santas.

Juana de Vega nace en Marchena y se bautiza en San Juan en 1587. En 1605 conoce a Sor María de la Antigua, poeta mística relacionada con San Juan de la Cruz y a Sor Damiana de las Llagas. Juana de Vega se apareció después de muerta


A Juana de Vega un sermón en San Miguel (Marchena) le hizo abrazar la austeridad. Acudió a misa vestida con andrajos a un convento de Fuentes de Andalucía para imitar a San Francisco, donde de forma libre -sin estar en ninguna orden- hizo voto de castidad siendo tomada por loca por sus vecinos y familia. El superior de La Merced la rechaza pero el Comendador la admite en secreto en 1610.


Entraba en éxtasis públicamente, dormía en una cama de tablas con una calavera, ayunaba a menudo y derramaba sangre de modo voluntario.

Fue perseguida y denunciada por sus vecinos de Fuentes a la Inquisición, saliendo impune y sus delatores encarcelados. Murió en 1616 con 27 años.


En 1618, dos años después de muerta se le apareció en Marchena a Damiana de las Llagas para advertirle que su propia hermana sería la primera monja mercedaria de Fuentes y si dudaba le enseñara el grabado con su retrato.
Cuando su hermana Isabel llegó a Marchena a ver a la madre Damiana quedó maravillada con lo que le dijo e Isabel fue la primera religiosa mercedaria de Fuentes en 1620, donde murió también con fama de santa.


Damiana de las Llagas, la consejera ducal


Damiana era hija del capitán de la Milicia del Duque quien la reclamó en Marchena y la instaló en una casa cerca de palacio donde vivió la mayor parte de su vida como una mística. Levitaciones, éxtasis y adivinaciones fueron constantes en su vida.
Era tanta la fama de la santa que los marcheneros no dejaban de aporrear la puerta a todas horas por lo que Damiana huye a Paradas, para estar en soledad.

Hacía vida ascética rezaba, todo el día de rodillas. Sus rodillas sangraban y solo salía de su casa para ir a misa y tan tapada, -al estilo de Marchena- que apenas se le veían los ojos.


Es llamada venerable y virgen y se dice que el duque no daba un paso importante sin consultarla. Damiana augura al Duque Don Rodrigo un breve mandato en Nápoles como virrey, como así fue. Los jesuitas fueron sus confesores por eso se enterró en la iglesia de Santa Isabel donde permanece.


Sor maría de la Antigua fue una monja que escribió elevados poemas y a su muerte su cuerpo incorrupto fue reclamado por el duque y traído en procesión hasta el convento de Santa María de Marchena. A cambio de su cuerpo los duques patrocinan el convento de San Andrés.





 

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